Nueva realidad: Hay mas niños obesos que nunca


Nueva realidad: Hay mas niños obesos que nunca

Durante décadas, cuando se hablaba de malnutrición infantil, lo primero que venía a la mente era la desnutrición: niños demasiado delgados, carencia de calorías y nutrientes. Pero algo ha cambiado. En 2025, por primera vez, la obesidad entre los niños de 5 a 19 años superó al bajo peso como la forma más prevalente de malnutrición.

Este hito marca un punto de inflexión alarmante: ya no basta con asegurar que los niños coman lo suficiente; también importa qué comen, cuánto, cómo viven, qué entorno les rodea. En este artículo revisamos los datos más recientes, los factores implicados, las consecuencias para salud y sociedad, así como posibles intervenciones para detener y revertir esta tendencia.

Definiciones clave

  • Malnutrición: no solo la falta de alimentos (desnutrición), sino también el exceso o desequilibrio nutricional. Incluye bajo peso, sobrepeso, obesidad, deficiencias de micronutrientes.

  • Obesidad infantil: exceso de masa corporal para edad, sexo y altura, usualmente medido mediante el Índice de Masa Corporal (IMC).

  • Bajo peso / delgadez (underweight / thinness): peso significativamente menor al esperado para edad y estatura.

Datos globales recientes

  • Según el informe “Feeding Profit: How Food Environments are Failing Children” de UNICEF (2025), en 190+ países: la prevalencia de obesidad en niños de 5-19 años ha pasado de ~3 % en 2000 a 9,4 %.

  • En el mismo grupo etario, el porcentaje de chicos con bajo peso ha disminuido de casi 13 % en 2000 a 9,2 % en 2025.

  • En términos absolutos, alrededor de 188 millones de niños y adolescentes de 5 a 19 años viven con obesidad.

  • La obesidad ya supera al bajo peso como forma más común de malnutrición en todas las regiones del mundo, excepto en África subsahariana y Asia del Sur.

Evolución histórica

  • En 2000, casi 13 % de los niños de 5-19 tenían bajo peso, mientras que sólo ~3 % tenían obesidad.

  • La obesidad se ha multiplicado por más de 3 respecto a aquella tasa, mientras que el bajo peso ha disminuido pero aún sigue presente en muchos países.

  • Otro artículo reciente en JAMA Pediatrics (2024) que incluyó más de 45 millones de niños/adolescentes de 154 países encontró una prevalencia global de obesidad en niños/adolescentes del 8,5 % (IC 95 % 8,2-8,8).

Factores que lo explican

  1. Entornos alimentarios poco saludables

    • Aumento del consumo de alimentos ultraprocesados (altos en azúcar, grasas saturadas, sal, aditivos). Estos productos están más disponibles, son económicos, convenientes, publicitados agresivamente.

    • Marketing dirigido a menores: anuncios de snacks, refrescos, comida rápida. UNICEF señala que muchos niños recuerdan ver este tipo de publicidad regularmente.

  2. Cambios en estilos de vida

    • Disminución de la actividad física: menos juegos al aire libre, más sedentarismo, mayor uso de pantallas.

    • Urbanización, cambios en transporte, menor ejercicio diario incidental.

    • Menos tiempo dedicado a cocinar alimentos frescos, mayor dependencia de comidas preparadas.

  3. Factores socioeconómicos

    • En muchos países de ingresos bajos y medios, aunque hay pobreza, los alimentos más baratos pueden ser los de baja calidad nutricional, lo que lleva a “hambre de calorías”: niños comen mucho pero sin nutrientes suficientes.

    • Desigualdades dentro de países: menores de familias con bajos ingresos pueden tener mayor riesgo, si los entornos urbanos no les ofrecen acceso fácil a alimentos saludables.

  4. Factores culturales y educativos

    • Conocimientos limitados sobre nutrición saludable, costumbres alimentarias que favorecen azúcares o grasas.

    • Influencia del entorno familiar, escolar, publicidad, compañeros, medios.

  5. Políticas y regulaciones insuficientes

    • Falta de restricciones al marketing de ultraprocesados para menores.

    • Etiquetado de alimentos poco claro o engañoso.

    • Escuelas que no garantizan opciones saludables.

    • Subsidios, precios, impuestos que no favorecen siempre lo saludable.

Consecuencias para la salud y la sociedad

  • A nivel físico: riesgo incrementado de desarrollar enfermedades crónicas mucho más temprano — diabetes tipo 2, hipertensión, enfermedades cardiovasculares, dislipidemias, apnea del sueño, problemas articulares, etc.

  • A nivel psicológico: baja autoestima, estigmatización, ansiedad, depresión.

  • Impacto en la salud pública: mayores costes médicos, mayor demanda de servicios de salud, carga sobre los sistemas de salud.

  • Repercusiones a largo plazo: un niño obeso tiene más probabilidades de convertirse en adulto obeso, con todos los riesgos asociados; también las repercusiones sobre productividad, calidad de vida, esperanza de vida.

  • Impacto social y educativo: la salud afecta rendimiento escolar, ausentismo, desigualdad social si el problema afecta más a comunidades vulnerables.

Qué muestra la literatura más allá del informe de UNICEF

  • El estudio de JAMA Pediatrics (Zhang X., Liu J. et al. 2024) arroja que aproximadamente 1 de cada 5 niños/adolescentes en el mundo tiene exceso de peso (sobrepeso u obesidad), estimándose la prevalencia de obesidad en ~8,5 %. 

  • También un análisis en The Lancet predice que, si no se actúa, el número de jóvenes con sobrepeso u obesidad va a seguir aumentando, y hacia 2050 podría haber cientos de millones más afectados. 

  • La distribución geográfica muestra marcadas desigualdades: regiones como Polinesia presentan tasas muy altas; algunas partes de África y Asia del Sur, aunque han mejorado en cuanto al bajo peso, aún tienen cargas duales de desnutrición y obesidad. 

¿Qué se está haciendo / qué se podría hacer?

  • Regulaciones sobre publicidad de alimentos no saludables dirigida a niños.

  • Impuestos o gravámenes a bebidas azucaradas o ultraprocesados.

  • Etiquetado claro y visible (warnings, etiquetas nutriscore, etc.).

  • Políticas escolares: menús saludables, limitar ultraprocesados en comedores escolares, educación nutricional.

  • Promoción de actividad física en escuelas y comunidades, diseño urbano que favorezca caminar, parques, espacios seguros.

  • Programas de intervención temprana en niños con sobrepeso, con apoyo psicológico si es necesario.

  • Políticas de apoyo social para familias de bajos ingresos, para que tengan acceso real a alimentos saludables.

Conclusión

La estadística es clara y preocupante: por primera vez, hay más niños y adolescentes obesos que con bajo peso en el mundo (en el rango 5-19 años). Este cambio no es solo un dato; es una señal de que las políticas de salud, nutrición y educación necesitan adaptarse urgentemente.

No se trata de demonizar alimentos, sino de transformar entornos, regulaciones, cultura alimentaria y estilos de vida. Los niños tienen derecho no sólo a comer lo suficiente, sino a comer bien.

Para los profesionales de salud: incorporar detección precoz, educación nutricional, trabajar con familias.

Para padres y comunidades: promover comidas saludables, reducir ultraprocesados, aumentar actividad física, limitar sedentarismo.

Para responsables políticos y reguladores: legislar para proteger a la infancia: publicidad, etiquetado, impuestos, políticas escolares.

Hoy sabemos que ya hay más niños con obesidad que con desnutrición. Un dato que debería hacernos reflexionar: lo que ponemos en la mesa cada día influye directamente en la salud y en el futuro de nuestros hijos. La buena noticia es que aún estamos a tiempo de revertir la tendencia con pequeños cambios en la alimentación, más actividad física y, sobre todo, información confiable.

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© 2025 Dr. Brian Urquiola Domínguez

Consulta Abierta

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Referencias📚

  • UNICEF, Informe Feeding Profit: How Food Environments are Failing Children, 2025. UNICEF

  • Zhang X., Liu J., et al. Global Prevalence of Overweight and Obesity in Children and Adolescents (JAMA Pediatrics, 2024). JAMA Network+1

  • Estimaciones conjuntas UNICEF-WHO-Banco Mundial sobre malnutrición infantil. Organización Mundial de la Salud