⏱ Tiempo de lectura: 8 minutos
Escrito por Dr. Brian Urquiola, médico. ⚕️
Durante décadas, el cuerpo humano se estudió como un organismo aislado. Sin embargo, hoy sabemos que convivimos con billones de microbios que influyen en nuestra digestión, metabolismo, defensas e incluso en nuestro estado de ánimo.
Este conjunto de microorganismos forma lo que hoy se conoce como microbioma, considerado por muchos investigadores como un auténtico “órgano invisible”. Su estudio está abriendo la puerta a una nueva era de la medicina, con un potencial comparable al del desciframiento del genoma humano (Medscape, 2025).
El microbioma no solo afecta la salud digestiva: sus interacciones complejas influyen en enfermedades metabólicas, autoinmunes, neurológicas y oncológicas, y su modulación abre posibilidades terapéuticas que apenas estamos comenzando a explorar.
Aunque los términos se usan a menudo como sinónimos, existen diferencias clave:
Microbiota: conjunto de microorganismos que habitan en una parte específica del cuerpo (intestino, piel, boca, pulmones).
Microbioma: incluye la microbiota, pero también sus genes, metabolitos y el entorno en el que interactúan.
La distinción es importante: no solo importa quiénes son los microbios, sino qué hacen y cómo interactúan con nuestro organismo.
Se estima que hasta dos tercios de las células de nuestro cuerpo pertenecen a microbios (Lynch JB, 2025). Esto nos convierte en un meta-organismo, un ecosistema complejo donde lo humano y lo microbiano están estrechamente entrelazados (Medscape, 2025).
Aunque la mayoría se concentra en el intestino grueso, los microbios también habitan la piel, la boca, los pulmones y el sistema genitourinario, contribuyendo a funciones locales y sistémicas.
El microbioma no es un mero acompañante: cumple papeles críticos para la salud:
Descompone fibras y carbohidratos complejos, generando ácidos grasos de cadena corta que nutren la mucosa intestinal y modulan la inflamación (Gulliver ELP et al., 2022).
Participa en la síntesis de vitaminas del grupo B y vitamina K.
Refuerza la barrera intestinal, impidiendo la entrada de patógenos y toxinas.
Compite con microorganismos dañinos, evitando su colonización.
Entrena al sistema inmune para responder de manera equilibrada, evitando inflamación excesiva o reacciones autoinmunes.
Influye en estado de ánimo, estrés y sueño mediante neurotransmisores, citoquinas y la producción de serotonina en el intestino (Lynch JB, 2025).
Estudios recientes sugieren una relación con depresión, ansiedad y enfermedades neurodegenerativas.
La composición de la microbiota modula la resistencia a la insulina, el metabolismo de lípidos y la presión arterial.
Disbiosis puede aumentar el riesgo de obesidad y diabetes tipo 2 (Medscape, 2025).
Una microbiota equilibrada es sinónimo de salud. Cuando se altera, lo que se conoce como disbiosis, pueden aparecer problemas:
Digestivas: síndrome de intestino irritable, enfermedad inflamatoria intestinal.
Metabólicas: obesidad, diabetes tipo 2, hígado graso.
Neurológicas: depresión, ansiedad, enfermedades neurodegenerativas.
Infecciosas y oncológicas: periodontitis, cáncer de colon vinculado a H. pylori o VPH (Medscape, 2025).
Factores que favorecen la disbiosis incluyen: dieta pobre en fibra, uso excesivo de antibióticos, estrés crónico, sueño insuficiente y exposición a contaminantes (Yaqub T et al., 2025).
La buena noticia: el microbioma se puede modular con hábitos saludables:
✅ Alimentación rica en fibra: frutas, verduras, legumbres, cereales integrales.
✅ Fermentados: yogur, kéfir, chucrut, kimchi.
✅ Prebióticos: compuestos no digeribles que alimentan a las bacterias beneficiosas.
✅ Probióticos: cepas específicas que pueden mejorar funciones digestivas o inmunitarias.
✅ Ejercicio regular y sueño adecuado ayudan a mantener el equilibrio microbiano.
✅ Uso responsable de antibióticos, solo cuando sean estrictamente necesarios.
La investigación clínica está transformando estos hallazgos en tratamientos concretos:
Aprobado por la FDA para infecciones recurrentes por Clostridioides difficile, con eficacia >85 % (FDA, 2023).
Nuevas presentaciones en cápsulas (Vowst) y enemas (Rebyota) facilitan la aplicación clínica.
Se diseñan cepas específicas para modular inflamación o mejorar la respuesta a terapias como la inmunoterapia (Gulliver ELP et al., 2022).
El perfil del microbioma empieza a usarse como biomarcador para predecir la respuesta de pacientes a fármacos y tratamientos (Lynch JB, 2025).
Algoritmos analizan patrones microbianos para proponer intervenciones individualizadas, optimizando dieta y suplementación (Yaqub T et al., 2025).
El microbioma está cambiando la forma en que entendemos la salud y la enfermedad. No somos solo nuestras células humanas: somos un ecosistema vivo, donde la microbiota juega un papel central. Cuidarlo con hábitos saludables, comprender sus disfunciones y aprovechar nuevas terapias basadas en su modulación será clave para mejorar nuestra calidad de vida y marcará la medicina del futuro.
💡 Comparte este artículo con quienes quieran aprender sobre la microbiota y su impacto en la salud.
📩 Suscríbete a nuestro boletín para recibir más contenidos sobre bienestar, nutrición y avances médicos directamente en tu correo.
Thank you for subscribing!
Have a great day!
Avisos importantes:
Las imágenes incluidas en este artículo han sido generadas con inteligencia artificial.
Este contenido tiene fines educativos e informativos y no sustituye una consulta médica profesional. Siempre consulta con un especialista para diagnóstico o tratamiento personalizado.
Naanous Rayek J. Microbioma: el pasado, presente y futuro de la medicina. Medscape. 1 de septiembre de 2025.
Lynch JB. Harnessing the microbiome for neonatal and pediatric health. J Clin Invest. 2025.
Gulliver ELP et al. Microbiome therapeutics: from concept to clinic. Front Microbiol. 2022.
FDA. Approvals of microbiome-based therapies (Rebyota, Vowst). 2023.
Yaqub T et al. Regulatory and ethical challenges of microbiome interventions. Microorganisms. 2025.